Hace aproximadamente cuarenta años de aquel suceso… Sin duda, uno de los casos más interesantes, a nivel incluso periodístico, sucedido en Estados Unidos.
En West Virginia, concretamente en el pequeño pueblo de Point Pleasant, todos los ciudadanos vivieron un año de auténtico pánico. Miedo a salir de sus casas, a coger el teléfono o a asomarse por los ventanales de sus hogares.
Un ser alado de más de dos metros atemorizó a la población, llegando a crear secuelas imborrables en la mayoría de los protagonistas. Y fueron ellos quienes, sin saberlo, se convirtieron en protagonistas de un hecho sociológico sin precedentes…
15 de Noviembre de 1966. 11.30 pm
Dos parejas, Roger y Linda Scarberry y Steve y Mary Mallette, circulan por una conocida área TNT, un antiguo almacén de la Segunda Guerra Mundial, y se dirigen hacia Point Pleasant, que se encuentra ahora a 11 kilómetros.
La noche es fría y oscura, y una fina llovizna empieza a caer sobre la luna del coche.
Las luces de Point Pleasant, aún lejanas, pero visibles bajo la oscuridad de noviembre… Las dos parejas charlando distendidamente. Y de repente, en la soledad de una vieja carretera secundaria, algo rompe con la habitualidad de aquella situación y, de algún modo, cambia la historia de aquel pequeño pueblo casi desconocido incluso para los habitantes de las poblaciones limítrofes. En la soledad de un generador eléctrico situado unos metros más allá de la carretera, unos grandes ojos de color rojizo parecen vigilar a los dos matrimonios.
Conforme el coche se acerca al lugar, los protagonistas se quedan cada vez más perplejos al distinguir a una extraña figura de unos dos metros de altura y color grisáceo. Pero lo que más llama la atención son las grandes alas de las que parece disponer el ser desconocido…
Roger, al volante, pisa a fondo el acelerador de su viejo Chevrolet e intenta huir del lugar, cruzando la autopista 62. El coche llega a alcanzar los 162 kilómetros por hora, y sin embargo… Aquel extraño personaje alado parece seguir el coche muy de cerca y sin apenas esfuerzo. Allí, a apenas dos metros del Chevrolet, la figura del extraño personaje es iluminada por la luz rojiza de los pilotos.
Así, los siguió sin expresión alguna, sin mostrar signos de abatimiento… sin tan siquiera bacilar. Cuando el coche llegó a la entrada del pueblo, el extraño ser extendió sus alas, y desapareció en la oscuridad de la noche, bajo un cielo estrellado.
Con el corazón en un puño y sin terciar palabra entre ellos, las dos parejas se dirigen a la comisaría, donde les atiende un viejo amigo que confía en ellos, el sheriff Milard Halstead.
El sheriff les propone volver al lugar para ver si ha quedado rastro del extraño ser, y aunque en un primer momento ninguno de los testigos se muestra dispuesto a regresar a la oscura área TNT, al final, por ser la autoridad, terminan acompañándolo.
Una vez allí, aún asustados, comienzan a inspeccionar la zona con miedo a volver a encontrarse con esos ojos rojos. Pero ya no hay rastro del ser alado de 2 metros.
A la mañana siguiente el sheriff George Jhonson convocó una rueda de prensa en el Palacio de Justicia, donde los cuatro testigos narraron los hechos vividos a los periodistas que allí se encontraban, y esos periodistas difundieron la noticia, haciéndola llegar a cualquier rincón del mundo.
Ninguno se imaginaba que aquella extraña odisea solo estaba gestándose, y que lo peor, llegaría muy pronto. Linda Scarberry se trasladó poco tiempo después a casa de sus padres, ya que “tenía miedo de vivir sola con aquel ser suelto”. Sus noches nunca volvieron a ser iguales desde aquel día.
Cuando el suceso salta a la prensa…
Tras la rueda de prensa fueron muchísimos los periodistas (John Keel, entre otros) y las personas que se agolparon noche tras noche en la zona TNT durante una semana, sin ser testigos de gran cosa, exceptuando alguna que otra grabación casera de bajísima calidad. Se imprimieron decenas de informes en el periódico local y en prensa de todo el mundo. Estos informes reposan en los archivos del “Point Pleasant Messenger”, además de los archivos de otros diarios que también se hicieron eco del suceso.
El ser fue bautizado como Mothman (hombre polilla), por sus alas y el color grisáceo descrito por todos los testigos.
La periodista Mary Hyre comenzó a publicar artículos sobre este extraño personaje en el periódico “The messenger”, e inició una investigación para sus publicaciones. En ellas, incluso, aseguraba haber sido acosada por las visitas de unos hombres vestidos de negro que le aconsejaban dejar de publicar artículos sobre el tema.
Esta periodista, además, aseguraba que casi cada noche se desvelaba, víctima de un sueño que se repetía cada madrugada… Veía como el puente de Silver Bridge, que se sitúa a la entrada de Point Pleasant, se derrumbaba, y ella caía y nadaba entre paquetes de regalos. Un sueño que no andaba muy lejos de la realidad…
Otro de los periodistas que siguió el caso de cerca fue John Keel, que había publicado su primera crónica en el New York Times con tan solo 16 años, y que había conseguido pasar una noche entera dentro de la pirámide de Gizeh. Contaba con 36 años cuando se sucedieron los hechos, y se hizo cada vez más conocido desde que comenzó a seguir el caso del Mothman y a publicar reportajes en su revista “The fliying sauce review” (literalmente, “La revista de los platillos volantes”).
Oleada de avistamientos
En aquel momento, cuando el miedo era la base de la ciudadanía, los avistamientos se multiplicaron y los habitantes de Point Pleasant nunca volvieron a dormir tranquilos…
La noche del 14 de Noviembre de 1966, Newell Partridge estaba a punto de hacer su cena cuando escuchó a Bandit, su pastor alemán, ladrar de forma extraña. El testigo salió y se acercó al granero de donde provenían los ladridos.
Allí divisó dos pequeños puntos rojos que se acercaban hacia él, mientras el perro se adentraba en el campo, en dirección a aquellas pequeñas luces…
Newell Partridge no volvió a ver a Bandit. Posteriormente aseguraría que “conocía el aspecto de los ojos de los animales, pero aquello era algo distinto”.
El 16 de noviembre de aquel mismo año decenas de personas se aglomeraban frente a la zona TNT; algunos armados hasta los dientes para dar caza al Mothman, y otros, sosteniendo sus videocámaras para intentar grabar al humanoide. En ese momento un coche pasó desapercibido por el lugar, ajeno a las miradas curiosas que se concentraban frente al viejo edificio.
En dicho automóvil viajaban el señor y la señora Raymond Wamsley, la señora Marcella Bennett y su hija, Teena, que iban de visita a casa de los Thomas, situada a diez kilómetros de la zona TNT.
Al llegar a la casa de los Thomas y aparcar el coche, un gran ser emerge del suelo con sus dos ojos rojos resplandeciendo en la noche.
Todos comenzaron a correr hacia casa de los Thomas, mientras el ser les seguía ágilmente. Al entrar en la casa, el Mothman se asomó a la ventana mientras la señora Wamsley llamaba a la policía. Cuando esta llegó, el personaje ya se había marchado.
La señora Bernett, que vivía a las afueras de la ciudad, cerca de la zona TNT acabó mudándose al centro de la ciudad, ya que aseguraba que cada noche oía unos extraños sonidos que parecían provenir de su tejado y que la aterrorizaban, ya que todos los que vieron al Mothman, reconocieron aquel sonido como el emitido por este.
La mañana del 25 de noviembre Tom Ury, un vendedor de zapatos, circulaba por la ruta 62 (también cerca de la zona TNT) cuando vio una figura grisácea que lo miraba a unos metros de su coche. El ser alzó sus alas y voló por encima de su descapotable… Tom Ury declaró que el extraño ser volaba a una altura de unos “tres postes telefónicos”. El testigo declaró que la visión le causó tanto terror que aquella mañana no acudió a trabajar.
La tarde del 27 de noviembre Connie Carpenter salía de la iglesia y cogía el coche para dirigirse a su casa, cuando al pasar por el campo de golf cercano a Mason, vio una extraña figura grisácea que la miraba fijamente, sin moverse tan solo un centímetro. La criatura alzó sus alas, las batió un par de veces y se dirigió al coche de Connie.
Ella fue una de las pocas personas que consiguieron ver la cara de aquella criatura. Momentos más tarde, la cara de la testigo se había quemado y los ojos se le hincharon tanto que no pudo abrirlos en una semana.
El 11 de enero de 1967 Mabel McDaniel, madre de Linda Scarberry (que vio al Mothman por primera vez) viajaba también con su coche por las afueras de la ciudad, cuando divisó algo que “en un principió confundió con un avión, pero se dio cuenta de que volaba demasiado bajo, era grisáceo y tenía unas alas mayores de dos metros”.»
La tragedia de Silver Bridge. Cuarenta años después
El pasado 15 de diciembre se cumplían cuarenta años de la tragedia de Silver Bridge y, curiosamente, también del final de los avistamientos del Mothman.
Aquella noche, en el puente de Silver Bridge se encontraban algunos testigos de aquel ser alado, viajando en coche. Entre ellos, la periodista Mary Hyre, que tuvo unos sueños casi idénticos al final que le esperaba…
El puente comenzó a emitir un leve chirrido que poco a poco se convirtió en un gran estruendo. La gran estructura metálica comenzó a ceder, y pronto, sin razón aparente, Silver Bridge se vino abajo, acabando con la vida de más de 46 personas.
Curiosamente, el Mothman nunca más volvió a ser visto en el lugar y aquello dio lugar a una pregunta que aún tiene en vilo a muchos de los protagonistas de aquel año de pesadilla… ¿Fue el Mothman causante de aquel accidente o, por el contrario, solo trataba de avisar?
¿Causante o profeta?
Existen numerosas teorías sobre el Mothman; unos dicen que era un ángel que venía a avisar de la catástrofe; otros, que era un demonio que vino a causarla.
Algunos aseguraban que era una grulla canadiense (un pájaro muy popular en el lugar), que incluso podía haber mutado por la radiactividad que aún pudiera albergar la zona TNT aunque todos los testigos aseguraron que lo que vieron no era una grulla.
También se habló de una maldición de 500 años de antigüedad, por parte del líder de las tribus nativas, un jefe shawnee llamado Hokolesqua, antes de morir víctima de una emboscada. Para algunos, aquel ser era, ni más ni menos, el espíritu de Hokolesqua.
Los otros «Mothman»
Un ser muy parecido al descrito por todos los testigos de Point Pleasant también apareció en otros lugares donde, para colmo, también sucedieron graves catástrofes.
Estas son solo algunas de ellas…
En Chernobyl, abril de 1986, una docena de trabajadores de una central eléctrica del sur de Ucrania aseguraba haber visto a un extraño personaje grisáceo, sin cabeza y de ojos rojos. Además algunos de ellos tuvieron repetitivas pesadillas, y otros recibieron extrañas llamadas.
La mañana del 26 de abril de 1986 la central nuclear de Chernobyl explotó, al fallar el suministro de potencia del generador, acabando con la vida de 30 personas, y posteriormente de otras 10 debido a la exposición a las radiaciones. El grafito del reactor continuó ardiendo durante 9 días, causando un gran daño radioactivo en la zona.
Y mientras los helicópteros trataban de acabar con el fuego, los trabajadores que presenciaron el incendio y sobrevivieron a él, miraban atónitos cómo un extraño personaje de 7 metros de altura, sobrevolaba el humo del incendio.
En China sucedió una grave catástrofe el 19 de enero de 1926, cuando una de las presas más grandes del mundo (Xiaon Te Dam) se derrumbó arrojando más de 50.000 millones de litros de agua y acabando con la vida de 15.000 personas.
La mayoría de supervivientes aseguró haber visto al “hombre dragón” que se apareció a las víctimas del lugar por los alrededores de la presa. El caso es difícil de constatar ya que la mayoría de registros periodísticos fueron destruidos cuando el régimen comunista subió al poder en China.
En Chicago, año 1951 se sucedía el primer terremoto de su historia. Todo el mundo estaba alarmado y nervioso. Varios días antes del terremoto, varios testigos que navegaban por el río Michigan aseguraron haber visto un gran ser de color grisáceo que sobrevolaba los edificios de la gran ciudad.
Los avistamientos se sucedieron hasta el 5 de mayo, día en que se sucedió el terremoto. Ese día montones de personas aseguraron haber escuchado cómo alguien golpeaba las puertas de sus casas, e incluso las de sus armarios.
En Alemania, la mañana del 10 de septiembre de 1978, unos trabajadores que debían realizar una misión en una mina de carbón de Friburgo, se encontraron que la entrada a la mina estaba tapada por un extraño ser con dos grandes alas extendidas.
Muchos de los hombres intentaron alcanzar a la criatura y entrar a la mina, pero se vieron obligados a retroceder cuando la criatura comenzó a soltar insoportables y agudos alaridos «como si gritaran 50 personas» o «como si se oyera el frenazo de un tren».
Todos se marcharon del lugar, pero a eso de las 8 de la mañana, el suelo comenzó a temblar. La mina se estaba incendiando rápidamente. De no haber sido por aquel personaje, más de 20 personas habrían muerto en el lugar…
Point Pleasant, hoy…
En 1995, sobre el cartel de la zona TNT de Point Pleasant en la que comenzaron los avistamientos, alguien dejó una pintada que intrigó más aún a los supervivientes de aquellas noches… “Mothman shall return” (“El Mothman regresará”).
Cuarenta años después, en Point Pleasant, el Mothman es un personaje importante en la cultura del lugar; lo que Nessie es a Escocia. Tanto es así que existen museos, estatuas, tiendas e incluso un festival del Mothman, al que ha acudido más de una vez el periodista John Keel.
Con el estreno de “Mothman: la última profecía” (Mark Wellington, 2002), en la que Richard Gere dramatizaba al personaje de John Keel, los expedientes del caso fueron visitados de nuevo por algunos investigadores, e incluso algunos testigos permitieron que sus casos personales salieran a la luz…
A día de hoy, las incógnitas siguen siendo las mismas… Todos los vecinos del lugar se hacen las mismas preguntas, mientras miran al cielo y piden que aquellos sucesos nunca vuelvan a repetirse…
Durante todo un año muchos de los vecinos de Point Pleasant fueron testigos de una extraña aparición.
Un misterioso ser alado con dos brillantes ojos rojos y más de dos metros de altura, fue bautizado como el hombre polilla.
La noticia inundó los periódicos locales y atrajo a multitud de investigadores sin que nadie acertase a averiguar que era aquello. El supuesto ser dejó de aparecer coincidiendo con un terrorífico accidente.
Se dijo que Mothman había sido el Heraldo de aquellas muertes.
El doctor en antropología José Luís Cardero y el periodista Gonzalo Pérez Sarró expondrán otros casos de extrañas apariciones que se han producido a lo largo de la historia.
Se cumplen 40 años del fatídico accidente del Silver Bridge -el puente de plata- en Point Pleasant.
La historia comienza en West Virginia un 15 de Noviembre de 1966. Durante todo un año se sucedieron una serie de extraños avistamientos de un extraño ser que se le denominó ‘Mothman’ y que cesaron precisamente la noche del 15 de Diciembre de 1967.
Esa noche, en el puente se encontraban algunos testigos del los avistamientos del Mothman, viajando en coche. Entre ellos se encontraba la periodista Mary Hyre, que tuvo unos sueños casi idénticos al final que le esperaba…
El puente comenzó a emitir un leve chirrido que poco a poco se convirtió en un gran estruendo. Silver Bridge se vino abajo, acabando con la vida de más de 46 personas. El Mothman nunca más volvió a ser visto en el lugar, la leyenda había comenzado…
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Fuente: http://www.ikerjimenez.com/reportajes/mothman/index.html